Triana es un barrio que rezuma arte e historia, repleto de espíritu y cultura. Está unido a Sevilla por el puente de Triana, construido entre 1845 y 1852, sustituyendo al primitivo puente de barcas del sg. XII.

Junto al citado puente nos abre sus puertas el animado mercado de Triana. En los puestos y pequeños establecimientos que hay en su interior se sirve salmorejo, paella, croquetas y otras tapas, se dan cursos de cocina andaluza y tenemos un pequeño teatro lleno de encanto.

La calle Betis discurre paralela al río y constituye un recorrido muy popular, frecuentado por los visitantes al discurrir de forma paralela al Guadalquivir, y gozar de unas vistas espléndidas de la ribera y desde la que se pueden contemplar muchos de los edificios más destacados de la ciudad, en ella encontrará numerosos restaurantes, además de bares y tablaos flamencos.

Alrededor del museo Centro Cerámica Triana abundan las tiendas que ofrecen este tipo de artesanía.