Se sitúa muy próximo a la Maestranza y es sede de la hermandad del mismo nombre. Su conjunto arquitectónico y artístico es la obra cumbre del Barroco español. La hermandad de la Santa Caridad se fundó en el s. XV. Su misión era asistir a enfermos abandonados y enterrar a los ajusticiados y a los ahogados en el río.

Inicialmente se localizaba la hermandad en la capilla de San Jorge, construida en las Atarazanas Reales. En 1644, debido al estado ruinoso de la capilla, se determina construir una nueva iglesia, gracias a las donaciones de Miguel de Mañara, que de esta manera quería expiar sus numerosas infracciones de los diez mandamientos. Parece ser que este personaje inspiró a Tirso de Molina en la creación de su Don Juan.

La entrada nos recibe con dos patios decorados con azulejos que representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. Ambos con fuentes de mármol en el centro que simbolizan la misericordia y la caridad. En el segundo patio y sobre una alta columna central se encuentra un busto del fundador del hospital, Miguel de Mañara. La fachada de la Iglesia, obra cumbre del Barroco, representa a sus patronos, San Jorge y Santiago y las tres virtudes: la Fe, La Esperanza y la Caridad. La Iglesia es de una sola nave cubierta por bóveda de cañón. Dos impresionantes lienzos de Valdés Leal ilustran la muerte como la gran igualadora y nos llevan a meditar sobre las vanidades de la vida terrenal.

El altar conforma un conjunto extraordinario: las estatuas del retablo son obra de Pedro Roldán, las tres virtudes sobrevuelan encima de un descendimiento de un realismo sobrecogedor. A los lados del retablo dos ángeles son portadores de luz. Cuadros de Murillo completan la decoración de la nave, con escenas bíblicas y vidas de santos, siempre con el tema central de la compasión